martes, 30 de septiembre de 2008

confesiones de CASI 30

10 para las once de la noche, avenida Diagonal, último sábado de setiembre: Llegué temprano.
Con té helado grande, camino a paso lento por una calle poblada de comercios luminosos. Llevo polo negro bajo-escote, zapatillas moradas y ojos en el piso. No quiero cruzarme con alguien conocido. Probabilidad alta esta noche, muy alta en esta calle.

-En la esquina de Mcdonals, once en punto.

Son las once y cinco, nadie aún. Nadie, excepto yo.

Compruebo la hora exacta en mi teléfono, guardo el regalo para Christian (un Taschen´s book que tengo todavía entre las manos) y me acomodo en la ventana fría del fast food, de cara a la avenida... Y ruego nuevamente, a un dios inubicable, no encontrarme con alguien esta noche.

-alguien: Conocido/a que no quieres ver porque no te provoca contar (de nuevo) lo mal que te va en el trabajo (Trabajo= Pregunta #1). Poco conocido/a de quien no recuerdas el nombre. Ex. Ex con novia. Alguien a quien odias. El que te rompió el corazón. Desconocido de una sola noche. Un huevón que se tomó tu cerveza el sábado pasado. Etc... Muchos alguienes hay en Lima y todos pasean por esta esquina los sábados por la noche.-

Christian es uno de mis mejores amigos, hoy cumple 30 años, vamos a su fiesta. A mis amigos les ha dado por cumplir treinta últimamente. A mí me falta un año y medio todavía. Igual, el número redondo y compacto me da contrariedad.

Cierto día, una niña le pregunté a su mamá: ¿Cuántos años tienes? La madre le responde: 33, la edad de Cristo. Ese día en particular, la niña lleva uniforme de colegio y la mamá usa zapatos de taco alto, que se escuchan del otro lado de las puertas.

Parada en la esquina de Diagonal, ojos al piso, con un restaurante a las espaldas que ruge como animal, me quedan menos de 5 años para los 33, la edad de Cristo. Habría que hacer el cálculo en días. Porque suena mejor 33 que 30. Aunque no sepa usar zapatos de taco alto que se escuchan del otro lado de las puertas.

A los 20 tenía un novio que me quería, estudiaba para salvar al mundo, me quedaban años miles para viajar por el universo infinito y pensaba procrear 5 hijos (mínimo). El futuro esperaba por mí lleno de sorpresas inacabables.

A los 28 no hay novio, ni cosa que se le parezca. No me interesa nada nuevo. A mi carrera no le guardo cariño ¿Y empezar otra vez? Nada, eso no se permite a los 30. Mejor seguir con el consejo de mi tía: Búscate un trabajo decente, algo con estabilidad.

11:27
11:37
Más Gente. Más bulla.
Otros 5 minutos.

Veo a mis dos amigas bajar de un taxi. Se demoraron tomándose las últimas fotos del baby shower de la bajita de la universidad.

Yo he terminado aquí la fiesta, hoy celebré por adelantado mis 30 años. En la esquina de Diagonal y Pardo acaba pronto mi festejo con dos amigas atrasadas. Treinta años tan largos como 52 minutos contra un vidrio frío, sin compañía y en solitario.

2 comentarios:

  1. pero quién tiene viejo el corazon?

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  2. Dejando su lugar
    entre las cosas que se dan amor, quien tiene viejo el corazón,
    se va. ...

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