Dice Susan Sontag:
¿Hay un antídoto a la perenne seducción de la guerra?
Seducción que generan los medios: La foto, la imagen instantánea, la televisión, la internet. Lo que se mueve, inmediato es deseado. Y la necesidad es nuestra de tener al muerto en el instante preciso en que muere, almorzando con la familia en la mesa de la cocina.
Prosigue la autora:
¿Y es posible que esta pregunta la formule una mujer y no un hombre? (Probablemente sí). ¿Podemos llegar a movilizarnos activamente en contra de la guerra por una imagen (o un conjunto de imágenes)…?
Posiblemente sí.
Una narración sin embargo (cree ella), puede ser más eficaz que una imagen; y esto tienen que ver con el tiempo:
En el tiempo que se está, se está obligado a ver, a sentir lo que pasa. Un texto (novela, película o documental) dan la ilusión de poder llamarnos a ese compromiso antibélico.
Requiere cualquier texto años de distancia y nos obliga a ver con perspectiva el conflicto.
Hay también otras expresiones fotográficas, no ya las representaciones del «mismo» horror, que han convocado a la resistencia. Total, esos muertos, ya están lejos de estos vivos.
No podremos nunca comprender lo espantosa, lo aterradora, que es la guerra; y cómo se convierte en normalidad.
***
Yo termino un nuevo libro de Susan Sontag y recuerdo que el horror dormía entre nosotros, era normalidad. Y luego de poco nos hablaron de reconciliación: Reconciliación en un país donde los muertos siguen vivos.
***
Tema controvertido y tienes razón en cuanto al debate. Es iluso sin embargo hablar de reconciliación tan pronto. Verdad sí, sacar toda verdad a flote. Desenterrar la verdad que huele a tierra húmeda y huesos secos.
Y que la justicia castigue a los culpables.
Pero ¿De qué reconciliación hablamos? Los asesinos y las víctimas pululan todavía en el mismo pueblo, cruzan por la misma esquina, bailan en la misma fiesta... Faltan años para que se vean a los ojos sin gritar.
No sé detalles precisos de esa historia. Pero sé que en algunos pueblos de Europa después de la segunda guerra, los documentos que narraban toda la barbarie se escondieron bajo tierra (literalmente). Luego de decenas de años se abrieron. Y los decendientes pudieron recién hablar reconciliar. Pudieron recién pedir PERDÓN.
No han pasado ni 10 años desde la última bomba ¿Y ya exigimos el olvido? Más perspectiva. O el peor error de los peruanos será el anacronismo.
urgente saber la verdad tan dura,♫ urgente saber la verdad que cura♫
ResponderEliminarpara ver al hermano florecer♫
a veces hago un ejercio mental, y me pregunto si en vez de putis, la masacre hubiera sido, no se, en rinconada del lago ... tambien pediriamos que el tiempo, inevitable tiempo ... lo cure todo?
hoy domingo eduardo bruce publico un excelente articulo en peru 21, el cual comparto en todas sus lineas ...
si, los muertos siguen vivos y tienen memoria ...
abrazos, este tema es de amplio debate, y prefiero el calor humano para hacerlo.
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Addenda:
Me quedo con esta frase tuya:
(...)
Verdad sí,
sacar toda verdad a flote. Desenterrar la verdad
que huele a tierra
húmeda y huesos secos.
Y que la justicia
castigue a los culpables
(...)
Verdad y justicia,
esa es la base para una reconciliacion
que tu ves ahora
ilusa
(con razon)
...
saber la verdad,
buscar la justicia,
para una reconciliacion,
que debe ser
entre la sociedad,
mas que entre victimas
y verdugos,
(NI OLVIDO, NI PERDON)
eso es tarea nuestra,
tuya,mia,los demas,
desde ahora,
si eso no pasa, nosotros seremos tambien culpables ...
...
besos
,
Si supieras ser hombre, hoy supieras ser Dios. (...)
ResponderEliminarLos muertos y las muertes, siguen presentes mientras haya alguien que las recuerde.
De dónde habrá surgido el dicho: por Dios, por la patria... a la guerra.
Saaa'
sería el primero en desertar.
Pero, hay gente que si está dispuesta a brindarse. Hasta en la películas se ve ese afán. Hacer algo, por supuestamente trascender.
etc.
Préstamelooo!!! el libro de Sontag :)
ResponderEliminarBueno, hay que desenterrar la verdad ¡juntos!, mientras se sigan tapando los culpables y ciertos grupos de poder apoyen el ocultamiento, no conoceremos la verdad, que aunque duela, es mejor saberla entera que saberla a medias, ésta última solo genera más ira, más rebeldía, menos perdón.
Bere, se lo devolví al jefe... Tengo la costumbre olvidada de devolver los libros... Aunque le deba a Manuel todavía "la choledad".
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