lunes, 10 de diciembre de 2007

El toner (texto extraviado y encontrado)

En mi oficina hace 2 semanas no podemos imprimir.
El toner se acabó. Declaró hoy, el sr. Hermoza

En esos alocados e inexplicables arranques de aventura, propios de mi esquiva juventud, decidí ir yo misma en busca de un nuevo toner. (¿Qué es un toner sr. Hermoza?)

paso 1, conseguir una pecosa.
(Importante: Pecosas aquí no son las niñas con caras rosadas y bucles dorados)
Al tercer piso, paso 2. Porque la única pecosa que hay en mi oficina es del 2005. En el tercer piso nadie me dice dónde puedo conseguir otra. Paso 3, encontrar a la señora Lucía.
En Logística puedes conseguir pecosas de este año. Me cuenta la señora Lucía, sonriente.

Logística está en el otro edificio, cruzando la calle. Las oficinas de producción están ahí, en el primer y segundo piso. Más arriba está todo lo demás. Lo demás porque no sé exactamente que tanto hay arriba.

Sé que en el tope máximo vive el señor Matías, un solitario señor de cabeza redonda...
En su oficina, reza la leyenda, viven arrumados en folios amarillos, contratos y documentos de los tiempos primeros: Firmas de gerentes que ya no están, fotos de mohosas de antiguos practicantes, memos a máquina de escribir y pliegos de papel bulki, que aguantan contra todo pronóstico, el paso de los años.
También sé, porque me contó Martina, que donde el señor Matías no llega la línea telefónica ni el ascensor. Si llega la internet.

En el cuarto piso está personal. Ahí suelo ir de mes en mes para firmar mis pagos... Al tercer piso nunca fui. Tampoco al quinto, ni al séptimo, ni al sexto.

Dicen, las malas lenguas que después que la secretaria de logística me regale una pecosa. Claro, si tiene y está de buen ánimo. Y después de llenar esa pecosa con mil detalles. Deberé volver al tercer piso a buscar a otra secretaria. A ella le debo entregar el documento firmado (sacramentado, en este caso particular).
Luego esperaremos, pacientes todos, en la oficina.

Desde el almacén principal en unas semanas llegará un nuevo toner.
Tampoco conozco el almacén principal. Aunque hoy me comuniqué con su jefe (paso n... perdí la cuenta). Me dictó amablemente un código indescifrable por el auricular. Agradecí amable también.

Al final no fue tan difícil conseguir un nuevo toner...
Claro que aún no lo consigo.

3 comentarios:

  1. Recordemos nuestros comentarios pasados:

    Kinua dijo...

    Estimada Iris, ya no veo el tóner por acá, sin embargo en la oficina seguimos necesitándolo. Solo para no olvidarme, llamaron de almacén pidiendo un nuevo código burocrático para la reposición. Solo para no olivdarnos el código es: C4092A

    Por cierto, los estables de acá trabajan hasta las 5.30pm.

    Vamos a ver si algún día traen el toner dentro de su horario. Eso de sacudir el viejo toner se esta volviendo una tradición.

    10 de diciembre de 2007 14:07
    Berenjena dijo...

    Sonó el teléfono, Rosa dijo que alguien venga a recoger un paquete. Bajé las escaleras pensando que quizás sería alguien trayendo una revista tipo Agatha Liz (como ocurrió la vez pasada). Mira ahí, dice Rosa, uno de los paquetes es de ustedes. Entonces veo una caja con la marca HP, inmediatamente mi seriedad se transformó en una pequeña sonrisa. Era él. El toner para poder imprimir los turnos, los guiones, la cartelera, las galerías, laberintos, las últimas del programa, y los tantos otros documentos...
    PD: Caylloma, por un tiempo, dejarás de sacudir el toner.

    12 de diciembre de 2007 10:03

    ResponderEliminar
  2. Escribí algo como:
    Esperaremos pacientes en la oficina.
    Bahhhhh! Mentira!
    Fuimos todos una sarta de histéricos. Y como no.
    Es casi imposible ser cuerdo cuando por cada página que imprime una máquina debes sacar el toner, sacudirlo una, dos y tres veces. Volver a colcarlo. E imprimir una página más.

    Si había suerte dos impresiones salían en una sola removida.

    Sin embargo creo que debes considerarte afortunado Cayoma... Otras máquinas de imprimir, no muy lejos de nuestra oficina, utilizan antiguos y ruidosos cartuchos.

    A mí me gusta el sonido de esas impresoras.
    RRRRRingggggggg,
    RRRRRRRangggggg,
    RRRRRingggggggg,
    RRRRRRRangggggg,
    Recuerdo claro, cada vez que alguien copia un documento, la primera máquina que se compró en mi casa, creo que tenía yo 9 años. Gané muchas partidas de Pacman contra mis hermanas en esa computadora. Al costado estaba la impresora, igualida a la del RRRingggggg/RRangggggg. Papel sinfin y letras azules grandes. Y el sonido, siempre el sonido particular.

    ResponderEliminar
  3. Creo que alguna vez baje un tema medio tecno con el sonido de impresoras jijij
    voy a ver si lo subo por ahí y te paso la vox

    ResponderEliminar