“Los escritores entierran el pasado con letras”.
Dice así, la última oración, del último párrafo, del quinto capítulo, de la novela más decadente, viciosa, sensual e irreverente de la escritora china Wei Hui.
No aguanto a los hombres “porque todos son unos cerdos”. Y sale corriendo desnuda…
Le hace el amor (a él, sólo a él). "Porque lo amo de veras".
La vida, para ella, es una fruta madura que espera ser mordida. Es una mujer explosiva.
¿Control?
Contrólense aquellos que viven con miedo a envenenarse. "Los taciturnos".
Es superior, sensible, altanera. Siente placer.
"Me gusta el dinero". Y la belleza indefinida.
Daniel es parte de mi presente. Sin embargo, a veces, bastante a menudo a decir verdad, tengo ganas de enterrarlo bajo letras, tierra y estiércol.
(contagiosa me ha resultado Wei Hui y sus pasiones desbordadas)
sábado, 19 de enero de 2008
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Presente son las letras que vamos dibujando para que alguna vez cuando demos la vuelta de página, esté escrito el ayer con lágrimas y sonrisas...
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