viernes, 22 de febrero de 2008

2da entrega: Samantha, la de los ojos color aceituna

Su figura alargada y su andar andrógino siempre llaman la atención. Tiene la piel tostada todo el año, aunque en verano su dorado particular se vuelve más oscuro, más denso. Sus ojos grandes, de grandes pestañas, brillan con un raro tono aceituna.

Cuando la conocí (una tarde de sábado del invierno del 2007) en la isla de edición #7, ni siquiera me miró. Siguió revisando, muy concentrada, un cortometraje nacional en el monitor principal; mientras Alfonso, nuestro editor, me preguntaba por un amigo en común. Sentí un “hola” lejano y etéreo. Su voz fue grave.

Martina, mi mejor amiga en el canal, me dijo un día que Samantha tenía algo especial. Creo que a Martina le gustaba la forma relajada en que vestía.
-Los colores, me dijo, los combina bien.
A mí (entonces) no me gustaba nada.

No era su ropa, ni su andar, ni su cara. Nada de eso. Ella nunca me miró a los ojos. Las pocas veces que se dirigía a mí, lo hacia agresiva, ruda, casi animal. Tenía ella para mí, la actitud de una gata que acaba de parir y que cuida a sus crías con demasiado recelo.
Aparentemente no habían crías.
(¿o era ella una, recién nacida?)
*****

Samantha es productora de 2 programas en canal 7.
Uno de ellos se grababa un día desde el control 1. Ese día yo había llevado al canal mi última serie de fotos. Se las mostraba a Moira, la asistente de Samantha. Entonces, una mis fotos (no sé cual) llamó su atención. Cogió el paquete y empezó a revisar una a una las imágenes. Luego, cuando ya iba por la mitad, me preguntó si podía verlas. Yo accedí.
Ese día hablamos. Y ese día también, vi el particular color aceituna de sus ojos.

Una semana después, Samy, como la llama Moira, me trajo un folder absolutamente impecable con 6 o 7 imágenes impresas en papel fotográfico. Ellas las había tomado. Tan etéreas y lejanas eran esas figuras como la primera Samantha... Aquella de la isla #7.
Eran imágenes robadas al olvido y la distancia.
No personas. Sólo objetos mohosos, luces y sombras.
*****

Creo que a Samantha le gusta (de vez en cuando) impostar su voz. Le gusta eso de hacerse la fuerte.
Sin embargo, su voz no es tan grave. Es más bien dulce y ligera. Es como ella misma: Delgada, larga. A veces también enérgica.


3 comentarios:

  1. Yo aún no la he tratado, solo una vez en la isla 5 tuve un acercamiento, por decirlo así, tú estabas con ella, y sí, ella concentrada en su labor de pauteo...
    :)

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  2. Todo hombre tiene tres variedades de carácter:
    el que realmente tiene;
    el que aparenta,
    y el que cree tener.

    Jean-Baptiste Karr


    Y desde fuera les apreciamos y sentimos en lo que intenta aparentar. Aparentar cansa y se quiere ser lo que se es en realidad.

    En amistad se percibe más, y se brinda más. En comunicación, se descubre ´más del yo.

    Ojos aceituna, cómo será eso?

    :)

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