Jochamowitz nos hace escribir durante dos horas el evento (¿del inglés event? ¿suceso inesperado?) más importante que hayamos vivido en los últimos años. Aquél que haya marcado con sangre, sudor y lágrimas, nuestra primera juventud.
De los 25 de la clase, por lo menos 20 escribimos crónicas que narran las protesta contra los últimos días de Fujimori. Años después, alejada de mi alma mater, veo en mi cama un cortometraje sobre mayo del 68. Y veo correr guapos niños franceses. Y tengo ganas de escribir en mi cuaderno de notas, mis propios recuerdos:
Éramos muchos y fue la primera protesta.
Salimos del patio de Letras y recorrimos casi todas las facultades aumentando el ánimo a un millón. Luego caminamos hasta San Marcos, donde nos sorprendió el primer susto. -Ladrones, alertaron los centinelas, cojan sus mochilas.
Caminamos luego a la Plaza Francia. -A la plaza Francia, grita un dirigente de San Marcos. Y grita muy alto, como ninguno de nosotros gritó antes... Y caminamos sin darnos cuenta donde estábamos.
Entre cantos de adrenalina y poder, la masa y la bulla guiaban esa tarde un extraño ritual juvenil... Aparece de pronto la plaza Francia con mucha gente amontonada: Viejos con periódicos en las axilas, niños boleros, señoras ambulantes, estudiantes universitarios. Otro grito: -Cuiden sus cosas, aquí cualquiera roba.
Vuelvo a poner mi mochila delante. Y guardo mi DNI (mi DNI nuevecito) en el primer bolsillo del jean. Entonces ya estamos todos, en 5 o 6 filas, caminando hacia el congreso.
Soy claustrofóbica, deduzco. Los antiguos edificios que encierran las calles del centro me están quitando el aliento. Se me hace difícil seguir el paso ligero de los demás. Entonces ahí está, con sus paredes sucias y sus rejas negras. -¡Poder al pueblo!
Aquella tarde salimos del patio de Letras, convencidos de la necesidad de una democracia real en el Perú. Eso o queríamos gritar, golpear, correr. El tribunal constitucional debía defenderse y mis amigos debían defenderme a mí: Javier (el merca) y de Mariana (la peina) me tomaban de las manos mientras mientras corríamos por las estrechas avenidas.
Una de esas esferas blancas que alumbraba en las noches el legislativo, recibe un golpe certero de mi amigo Nicky. Entonces, miles de pequeñas esquirlas vuelan sobre nuestras cabezas. Y luego hay un ruido sordo, como un cuete de navidad. El sonido nos sorprende a todos con los ojos al cielo.
Es una bomba lacrimógena, grita alguien atrás. Luego mil botas negras contra el piso. O diez mil. O mil millones. No soy buena calculando.
-Corran
No veo atrás y corro aunque me falte el aliento…Todo se pone oscuro, parece que anocheció en un minuto. Veo apenas, a una cuadra, como golpean a mi amigo de Arte. También golpean a los novios abrazados, esos que siempre se besan en la cafeta. Cierro un ratito los ojos y veo y escucho a las 8:00 de la mañana, a Sol y Federico, caras contritas. Van a compararnos con los hombres del terror.
-Corre
Llegamos a las 7:00 pm a la rotonda de letras, exhaustos y llenos de poder...
Buena esa sensación aquella: Tener lleno el corazón del poder de todos, del poder que no excluye, del poder de niños, del poder de salón de cachimbos que queda ronco de tanto gritar.
Los gritos de mis amigos resuena nuevos en mis oídos cada vez que escucho al ex presidente por la tv. Me queda además una nítida sensación de libertad, que no sentí antes o después de esa tarde, por más nuevas marchas, por más denuncias, por más protestas.
Pero sobre todo, me queda en el recuerdo, el abrazo que él me dio. Porque él nunca fue a las marchas, porque a él nunca le importó. Sólo me espero toda la tarde en la rotonda de Letras. Y a mí no me importó que a él no le importaran la política ni las protestas, porque me dio él, el mejor abrazo de todos.
martes, 3 de junio de 2008
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Hola Iris!
ResponderEliminarQ tal? Fíjate qué coincidencia que ahora hace 40 años del primer asesinato de ETA. Le dedico el post.
Antes que nada, leo el tuyo y me llama la atención la relación entre las protestas contra Fujimori y el mayo del 68, tan europeo, pero que parece una marca registrada preparada para ser copiada en los mercados ilegales. La lucha contra Fujimori creo que fue más auténtica.
Hace poco pusieron un reportaje muy interesante sobre el Perú en TVE y hablaban del complejo Asia para mostrar las diferencias étnicas y sociales del país, que si bien pueden parecer interesantes para un etnógrafo, son otra cosa cuando se convierte en conflictos sociales.
Un saludo de un españolito
PAco
Estoy totalmente de acuerdo con tu último post!
ResponderEliminarSaludos
Paco
Sì, 1998 marcò a todos aquellos nacidos despues de 1978 ... las marchas, el TC, Valle Riestra, Fujimori y Montesinos (los mismos asesinos); somos estudiantes, no somos terroristas (terrorismo es el hambre y la miseria), el olor a gas lacrimogeno, las varas del oficial, el perder el miedo y la indiferencia, el tener que contar algo a los hijos, en fin ...
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